L’Entrevista

 ALBERTO GIL IRIONDO

Médico cirujano y Caballero Comendador de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén. También experto en campanas y responsable de las campanas de Santa María. Día 9 de abril, en la iglesia de Santa María, pronunció el pregón de la Semana Santa de la ciudad de Maó.

 

Alberto: ¿Qué significado tiene la Semana Santa para ti?

-El más profundo posible, como para cualquier cristiano, siendo el momento del año litúrgico en el que nos enfrentamos cara a cara a la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, con frontándolas con nuestra propia vida y vislumbrando que al final del todo no hay sino Salvación y esperanza de Vida Eterna. Es un momento de profunda reflexión y de transformación personal. Además, la comunidad católica, al hacer pública manifestación de devoción se vertebra en torno a las celebraciones y se reivindica como pueblo vivo de Dios en una sociedad cada vez más laica y alejada del mensaje Evangélico. En último lugar, mi respeto por la tradición y amor por el arte hace que sea una experiencia rotunda y una reafirmación en mi herencia y principios.

¿Qué ha supuesto para ti ser el pregonero de la Semana Santa 2025?

-Un gran honor, un privilegio concedido por mis hermanos en la fe y al sentirme acogido con cariño por mis convecinos, y haber tenido lugar en Santa María ha cobrado un significado muy especial. Me ha ayudado a analizar con más detenimiento lo que a veces damos por rutinario y a reflexionar sobre la trascendencia del misterio pascual en mi propia vida.

¿Qué has pretendido transmitir a los creyentes con el pregón?

-Esperanza fundamentalmente. Cariño al emplear como vehículo conductor de mi texto la propia iglesia de Santa María, como casa común que es. Y gratitud para con los hermanos en Cristo que tanto me apoyan y acogen en Menorca.

Toni Olives Camps