La Fantasía de la Caridad

A continuación, pueden leer la reflexión del obispo Mons.Francisco con motivo del Día de la Caridad:

Cada año, en la fiesta del Corpus Christi, los cristianos celebramos el día de la caridad. Al celebrar el amor de Dios manifestado en el sacramento del Altar, nos sentimos movidos a amar también nosotros a los demás, especialmente a los más débiles. Sería hipócrita nuestro culto a la Eucaristía si no estuviera acompañado por un compromiso firme a favor de los más pobres.

Por eso, en este día recordamos y agradecemos de manera particular toda la labor que realiza Cáritas, que es el organismo de la Iglesia de Menorca para el servicio de los más vulnerables. Es admirable el trabajo que realiza tanto a nivel diocesano como en cada una de las parroquias de nuestra diócesis.

Son siempre muchas las necesidades de atención, pero en los últimos meses estas necesidades han ido creciendo, debido a la detención de buena parte de la actividad económica por causa de la pandemia del Covid-19. Ha sido grande el esfuerzo de Cáritas por mantener los servicios básicos en medio de circunstancias tan excepcionales. Esto ha sido posible porque muchas personas se han ofrecido para colaborar como voluntarias y también porque se han incrementado las donaciones a Cáritas. Puedo decir con satisfacción que la sociedad menorquina ha respondido con generosidad. En los últimos meses hemos visto surgir nuevas iniciativas solidarias tanto por parte de particulares como de entidades (empresas, cooperativas, ayuntamientos, entidades bancarias, etc.). A todos debemos agradecer este esfuerzo. También nosotros como Diócesis pusimos en marcha unFondo de solidaridad Post-covid19con el fin de ayudar a familias sin recursos en los pagos de vivienda y de suministros básicos.

Es importante que no cejemos en el esfuerzo. Nos tememos que vienen tiempos muy duros para muchas personas, que salieron de la anterior crisis con muchas dificultades y que ahora carecen de recursos para hacer frente a una nueva crisis. Entre todos –entidades públicas, empresas y grupos, particulares- debemos estar atentos para detectar las situaciones de pobreza e intentar paliar en la medida de nuestras posibilidades las carencias de nuestros hermanos. Podríamos poner en marcha lo que el Papa Francisco ha llamado la “fantasía de la caridad”, que es la capacidad de imaginar maneras de atender a los demás y la valentía de poner en marcha nuevos proyectos que den esperanza a los desalentados y conduzcan a acoger a los excluidos. La fantasía de la caridad no conoce límites y sabe abrir nuevos caminos para combatir la “cultura del descarte”.

Prestar atención a los más pequeños es un gesto de justicia con quienes tienen nuestra misma dignidad y derechos y es también signo de una sociedad realmente avanzada. Para el creyente, además, es expresión de su amor a Jesucristo, porque no podemos llamarnos discípulos suyos si no hacemos de nuestra vida un pan partido para los demás, un don para todos.

+ Francesc, bisbe de Menorca