Festividad de la Virgen del Toro: Compañera, Guía y Madre

El Obispo Mons. Francesc Conesa escribe estas líneas en motivo del día de la Mare de Déu del Toro, 8 de mayo.

COMPAÑERA, GUÍA Y MADRE
La Iglesia de Menorca celebra en este día la fiesta de su patrona, la Mare de Déu del Toro. Desde hace más de 700 años, se rinde culto a santa María en la cima del monte Toro. Su santuario es casa donde todos somos acogidos y lugar privilegiado donde sentimos el cariño que nos tiene la madre de Jesús. Hay tres palabras que resumen su relación con nosotros: compañera, guía y madre.

Ante todo, María es nuestra compañera de camino. Ser creyente es ponerse en el camino de seguimiento de Jesús junto con otros hombres y mujeres. En ese caminar, la Iglesia siente muy cercana la presencia de la madre del Señor. Desde los primeros tiempos, los cristianos saben que María hace camino con ellos, enseñándoles a vivir el Evangelio de su Hijo y repitiéndoles: “haced lo que Él os diga”, fiaos de Jesús, seguid su camino. Nuestro pueblo también ha sentido a lo largo de su historia su cercanía y presencia. La Virgen del Toro ha ayudado a muchas generaciones de menorquines a acercarse a Jesucristo. También nosotros hoy sentimos su presencia y agradecemos su compañía.

Pero María no sólo es compañera; es también guía de nuestro pueblo, porque, desde el cielo, brilla como una estrella, señalando cuál es nuestro destino, cuál es la meta a la que nos dirigimos. Como dijo el Concilio, “en la tierra precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor” (LG 68). Por eso, al contemplar a María, nos sentimos animados a vencer las dificultades porque sabemos que es posible llegar a la meta y cómo se puede alcanzar.

Finalmente, María es madre que vela por los hijos. En la cruz, Jesucristo la entregó como madre a toda la Iglesia. Desde los primeros tiempos, los cristianos se han puesto bajo el amparo materno de María, confiando en su intercesión. Ella ora constantemente por nosotros ante su Hijo para que la luz de la esperanza no se apague en nuestros corazones. Todos los menorquines saben que arriba, en el Toro, está la madre, que los espera y los llena de su ternura y misericordia. En ella encontramos refugio y fortaleza cuando nos sentimos cansados y necesitados.

En la compañía de María, con su guía y bajo su amparo, camina nuestra Iglesia de Menorca. Allí, sobre el monte está el “dolç santuari dels menorquins” donde vive “la Mare que és l’alegria, la llum i guia dels pelegrins”. ¡Feliz fiesta de la Mare de Déu!

+ Francesc Conesa Ferrer, bisbe de Menorca