El Sagrado Corazón de Jesús está en la Sagrada Eucaristía

Dijo Jesús a Santa Margarita María de Alacoque: “Mi divino Corazón está tan inflamado de amor por los hombres, que no pudiendo contener en sí las llamas de su ardiente caridad, debe repartirlas y darse a conocer a ellos para enriquecerles con los tesoros de mi Corazón”. Es el  Corazón de Jesús un manantial infinito de amor y de  misericordia, que Dios Padre ha entregado a los hombres para nuestra salvación, como está escrito “Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna” Jn 3:16; y esta vida eterna quiere el Padre darla a todos por medio del Sagrado Corazón de Jesús.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es vivir la alegría de sabernos amados por Dios, que para demostrarnos con obras su infinito amor  padeció toda clase de humillaciones, desprecios, insultos, golpes y el sacrificio de morir en la cruz,  entregándose sin reservas como enseño a santa Margarita: “He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor…”; pero al tiempo le hace este reproche “… y en reconocimiento no recibo de la mayor parte más que ingratitud”. Tengamos, pues, confianza y seamos gratos con Éste Corazón que tanto nos ama y nos espera cada día, ya que Él nos dice “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviare”. ¿Y dónde nos espera el Señor para aliviarnos?: en la Sagrada Eucaristía. La presencia viva y real del Corazón de Jesús se encuentra en el Santísimo Sacramento. Dijo el papa León XIII “Y ciertamente la Eucaristía, la cual hemos recibido del gran amor de Su Corazón, es Su Corazón, el amor de Su Corazón”, es la eucaristía la vida y fortaleza de toda la iglesia, donde late vivamente el Corazón de Jesús, por eso, en cada adoración eucarística, en cada visita al santísimo, encontraremos donde reclinarnos sobre Su pecho y –como  el discípulo amado– descubrir los tesoros infinitos de gracia y bondad que tiene el Sagrado Corazón.

 Hijas de la Sagrada Familia